Calella, situada en la provincia de Barcelona, Cataluña, es una encantadora ciudad costera que se destaca por sus hermosas playas de aguas cristalinas, su vibrante vida nocturna y su rica oferta cultural. Conocida como la «Capital Turística de la Costa del Maresme», Calella combina a la perfección el ambiente moderno de un destino turístico de primer nivel con el encanto tradicional catalán.
La ciudad no solo atrae a visitantes en busca de sol y mar, sino que también sirve como punto de partida para explorar los pintorescos pueblos de la región, cada uno con su propio patrimonio histórico y belleza natural.
Es momento de hablarte de los pueblos bonitos cerca de Calella que deberías visitar.
Los Pueblos más bonitos de Calella
Tossa de Mar
Ubicado a unos 50 kilómetros de Calella, Tossa de Mar es una joya de la Costa Brava que encanta con su imponente castillo medieval, el Castillo de Tossa, que domina el paisaje desde una colina junto al mar.
Este antiguo asentamiento ofrece un laberinto de calles estrechas y casas de piedra que conducen a la fortaleza, proporcionando vistas espectaculares del Mediterráneo.
La playa debajo del castillo, junto con sus pintorescas calas, hace de Tossa de Mar un destino ideal para aquellos que buscan combinar historia y relax junto al mar.
Calonge
A unos 70 kilómetros de Calella, Calonge invita a descubrir su castillo medieval, el Castillo de Calonge, que ofrece una mezcla única de historia, con sus torres y murallas, y cultura, al albergar eventos y actividades durante todo el año.
El pueblo, dividido entre la parte antigua en el interior y la zona moderna en la costa, proporciona el equilibrio perfecto entre el pasado y el presente.
Si quieres visitar castillos, Tossa de Mar y Calonge son dos pueblos bonitos cerca de Calella de obligada visita para ti ya que cuentan con castillos espectaculares.
Breda
Aproximadamente a 40 kilómetros de Calella, Breda es conocido por su patrimonio relacionado con la cerámica y por el Monasterio de Sant Salvador, que data del siglo XI. Este pueblo, inmerso en un entorno natural de bosques y montañas, ofrece un tranquilo retiro del bullicio costero.
Breda ha servido de inspiración para artistas y artesanos, y sus talleres de cerámica son un testimonio vivo de esta tradición artística.
Santa Perpètua de Mogoda
Santa Perpètua de Mogoda, situada a unos 60 kilómetros de Calella, es un pueblo con una rica historia industrial, pero que también conserva vestigios de su pasado más antiguo, como la iglesia de Santa Perpètua.
Aunque más conocida por su desarrollo moderno, Santa Perpètua ofrece parques y espacios verdes donde relajarse y disfrutar de la tranquilidad.
Santa Coloma de Farners
Situado a unos 60 kilómetros de Calella, Santa Coloma de Farners es famoso por su castillo, sus aguas termales y su entorno natural.
El Castillo de Farners, rodeado de bosques que invitan a la exploración y la aventura, y las fuentes termales ofrecen un escenario ideal para el relax y el contacto con la naturaleza.
Santa Perpétua de Mogoda y Santa Coloma de Farners son dos pueblos bonitos cerca de Calella ideales para pasar un día o unos días de relax en contacto con la naturaleza.
Llagostera
Llagostera, a unos 45 kilómetros de Calella, destaca por su castillo medieval, que aunque en ruinas, sigue siendo un símbolo importante del pueblo.
Este lugar es un punto de partida excelente para explorar las rutas ciclistas y senderistas que serpentean a través de las colinas y bosques circundantes, ofreciendo una perspectiva diferente de la región catalana.
Cassà de la Selva
Cerca de Llagostera, a unos 50 kilómetros de Calella, Cassà de la Selva es un pueblo conocido por su patrimonio arquitectónico modernista y por ser un centro importante de la industria del corcho.
Pasear por Cassà es descubrir hermosas casas modernistas que adornan sus calles, reflejo del florecimiento económico del siglo XIX y principios del XX.
Descubrir los pueblos bonitos cerca de Calella es adentrarse en la esencia de Cataluña, explorando su patrimonio, su naturaleza y sus tradiciones. Cada destino brinda la oportunidad de sumergirse en la historia, disfrutar de la cultura y relajarse en entornos de belleza natural incomparable.