Si alguna vez te has preguntado qué hay para ver cerca de Orihuela, la respuesta es clara: un montón de sitios con historia, buen rollo y una comida brutal. Orihuela, en la provincia de Alicante, es una ciudad con un pasado fascinante. Por aquí pasaron íberos, romanos y árabes, y han dejado su huella en cada rincón. Su casco antiguo mola mucho, tiene una catedral gótica impresionante y las fiestas de Moros y Cristianos son de otro nivel.
Pero lo mejor es lo que la rodea. Pueblos bonitos cerca de Orihuela con mucho encanto, de esos con callejuelas estrechas, castillos antiguos y vistas que te dejan con la boca abierta. También hay montañas, rutas para caminar y, cómo no, comida mediterránea de la buena. Así que aquí van unos cuantos destinos que no puedes perderte.
Guía de pueblos bonitos cerca de Orihuela para tu próxima escapada
Elche: palmeras, historia y un toque diferente
Elche es de esos sitios que tienen algo especial. Lo primero que te llama la atención es su palmeral, que no es cualquier cosa: es el más grande de Europa y Patrimonio de la Humanidad. Un bosque entero de palmeras en mitad de la ciudad, una locura.
Pero hay más. En el casco antiguo, te encuentras con la Basílica de Santa María, donde cada agosto se representa el Misteri d’Elx, una obra medieval que sigue viva después de siglos. Muy top.
También tienes que visitar el Castillo de Altamira, una fortaleza del siglo XV que ahora es museo, y el Huerto del Cura, un jardín precioso con una palmera imperial que te deja con el cuello doblado de tanto mirar arriba. Y, si te mola la historia, el Museo Escolar de Puçol te enseña cómo era la vida rural de antes. Curioso, la verdad.
Ricote: un pueblito con esencia morisca
Ricote es de esos lugares que parecen haberse quedado atrapados en el tiempo. Pequeñito, con calles estrechas, casas blancas y mucha tranquilidad. Está en el Valle de Ricote, un sitio con vistas espectaculares.
Arriba del todo, en un cerro, están las ruinas del Castillo de Ricote. No queda mucho en pie, pero las vistas desde allí compensan la subida. Desde aquí, se controlaba el valle en la época islámica, así que imagínate la historia que tiene.
Pasear por el pueblo es como hacer un viaje al pasado. En el centro están la iglesia de San Sebastián y el Palacio de Llamas, una casa solariega del siglo XVIII que le da un toque elegante al pueblo. Y si te va el senderismo, hay un montón de rutas por los alrededores. Huertas, montañas y caminos tranquilos.
Mula: tambores, castillos y termas naturales
Mula suena a fiesta, y con razón. En Semana Santa, la «tamborada» hace que todo el pueblo retumbe con cientos de tambores sonando a la vez. Es una locura. Pero no todo es ruido aquí.
Su casco antiguo es una pasada, con edificios señoriales y callejuelas que parecen sacadas de otro siglo. En lo alto del pueblo está el Castillo de los Vélez, una fortaleza del siglo XVI que sigue en pie y desde donde se ve todo el valle. Muy guapo.
Y si te va la arqueología, pásate por el Museo El Cigarralejo, que tiene restos íberos súper bien conservados. Ahora, si lo que quieres es relajarte, lo tuyo son los Baños de Mula, unas termas naturales con aguas medicinales que llevan ahí desde la época romana.
Pliego: historia y rutas por la montaña
Otro de los pueblos bonitos cerca de Orihuela que no se suele escuchar mucho pero que tiene su rollo es Pliego. Es pequeñito, con un casco antiguo lleno de callejones y casas blancas que te transportan a la época árabe.
El Castillo de Pliego está en lo alto y, aunque está en ruinas, sigue teniendo su encanto. Y las vistas, una maravilla. Un sitio curioso es el Yacimiento de La Almoloya, donde se han encontrado restos de la cultura argárica, una de las más antiguas de la península.
Pero lo mejor de Pliego, sin duda, es que está a las puertas de la Sierra Espuña, un paraíso para los que aman la naturaleza. Hay rutas para todos los niveles, desde caminatas suaves hasta senderos más exigentes entre barrancos y montañas.
Alhama de Murcia: castillos y naturaleza en estado puro
Y por último, otro de los pueblos bonitos cerca de Orihuela que merece la pena visitar es Alhama de Murcia. Este precioso pueblo lo tiene todo: historia, buen ambiente y un entorno natural que flipas. Su castillo medieval, del siglo XI, es una pasada. Restaurado en parte, te hace imaginar cómo era la vida en la época andalusí.
El casco antiguo es muy bonito, con plazas con encanto, la iglesia de San Lázaro y la Casa de la Tercia, que hoy es un museo arqueológico. Pero lo mejor de este sitio es lo que hay más allá del pueblo.
Porque a pocos kilómetros está el Parque Regional de Sierra Espuña, un lugar brutal para los amantes del senderismo y la montaña. Bosques de pinos, miradores con vistas alucinantes y rutas para perderse. Si te mola la naturaleza, este sitio te va a encantar.