Pueblos bonitos cerca de Peñíscola

Pueblos bonitos cerca de Peñíscola que debes visitar

Peñíscola tiene mucho que ofrecer, pero los alrededores guardan pequeños tesoros que merece la pena conocer. Hay pueblos donde el tiempo parece haberse detenido, con castillos en lo alto, calles adoquinadas y miradores que regalan vistas de otro nivel. Algunos son conocidos, otros no tanto, pero todos tienen algo especial.

Ahora descubrirás cuales son los pueblos bonitos cerca de Peñíscola que nosotros recomendamos acudir y pasar el día.

Itinerario por los pueblos bonitos cerca de Peñíscola imprescindibles

Alcalá de Xivert

Si te gustan los castillos templarios, el de Alcalá de Xivert es una parada obligada. Está en una colina y desde allí se ven el Mediterráneo y la Sierra de Irta. La subida es empinada, pero merece la pena. En el centro del pueblo, la Iglesia de San Juan Bautista destaca por su torre de 68 metros, una de las más altas de la Comunidad Valenciana.

Las calles son tranquilas, con casas blancas y balcones con macetas que dan un aire muy mediterráneo. Y si te gusta el senderismo, la Sierra de Irta tiene rutas espectaculares, algunas que acaban en calas escondidas.

Ulldecona

Ulldecona es de esos sitios que sorprenden. Su castillo medieval impone desde la distancia, pero lo más impresionante está en las rocas: los Abrigos Rupestres de Ulldecona, pinturas prehistóricas con más de 8.000 años de historia. Ver esos dibujos en persona te hace pensar en la cantidad de gente que ha pasado por aquí antes que tú.

El pueblo también tiene una iglesia gótica, la Iglesia de San Lucas, y una gastronomía que mezcla lo mejor de la cocina de interior y de costa. Si puedes, prueba un arroz caldoso o unas cocas saladas en alguna de sus panaderías tradicionales.

Villafamés

Uno de los pueblos bonitos cerca de Peñíscola que recomendamos es Villafamés. Su castillo, en la parte más alta, ofrece unas vistas brutales, pero lo que más llama la atención es la Roca Grossa, una enorme piedra que parece colocada allí a propósito. Dicen que trae suerte tocarla, aunque nadie sabe de dónde viene esa creencia.

El Museo de Arte Contemporáneo es otro punto interesante, con obras de artistas españoles en un palacio renacentista. Y si tienes tiempo, pérdete por las calles estrechas del casco antiguo: muchas casas todavía conservan inscripciones en la piedra con fechas de hace siglos.

Culla

Culla es pequeño, pero tiene un ambiente medieval que lo hace especial. Sus calles adoquinadas llevan hasta las ruinas del Castillo de Culla, donde los templarios dejaron su huella.

La Iglesia del Salvador y sus alrededores tienen rincones muy fotogénicos, pero lo más curioso está un poco más lejos: el Parc Miner del Maestrat, unas antiguas minas subterráneas donde puedes bajar y ver cómo trabajaban los mineros hace décadas.

Si subes en invierno, hay posibilidades de ver el pueblo con nieve. No pasa siempre, pero cuando ocurre, parece un escenario de cuento.

Onda

Más que un pueblo, Onda es una pequeña ciudad con historia. Su Castillo de Onda, también llamado «el castillo de las 300 torres», domina el paisaje y desde arriba se ve todo el valle del Mijares.

El casco histórico es interesante, con la Iglesia de la Asunción, la Plaza del Almudín y antiguas casas señoriales. Un consejo: sube hasta la Ermita de Santa Catalina, en una colina cercana. No es muy conocido, pero las vistas desde allí son de las mejores.

Otra cosa que hace especial a Onda es su tradición cerámica. El Museo del Azulejo muestra cómo la artesanía de la cerámica ha marcado la vida del pueblo durante siglos. Si te interesa el tema, hay talleres donde puedes probar a pintar tu propio azulejo.

Onda es uno de los pueblos bonitos cerca de Peñíscola que no deberías perderte ya que ofrece lugares espectaculares donde hacerse fotos.