Pueblos bonitos cerca de Peratallada

Pueblos bonitos cerca de Peratallada

Si visitas Peratallada, notarás que el tiempo aquí se mueve diferente. Las piedras de sus calles han visto pasar siglos, y cada rincón tiene algo que contar. Pero si te animas a explorar un poco más, hay otros pueblos cerca que merecen una parada, cada uno con su propio carácter y encanto.

Escápate a los pueblos bonitos cerca de Peratallada que no conocías

Pals

Pals se alza sobre una colina y desde lejos ya promete vistas increíbles. Su Torre de las Horas es lo primero que llama la atención, pero lo mejor está en sus calles: empedradas, con balcones llenos de flores y fachadas que parecen sacadas de un cuadro.

No puedes perderte la iglesia de Sant Pere, un templo románico con siglos de historia, ni la muralla medieval, que aún conserva tramos bien preservados desde donde se pueden admirar los campos de arroz que rodean el pueblo. Si tienes tiempo, busca un restaurante donde sirvan arroz de la zona; no sabe igual en ningún otro sitio.

Ullastret

Este pueblo tiene algo especial: además de su casco medieval, alberga un yacimiento ibérico que te hace imaginar cómo vivían aquí hace más de 2.000 años. Caminar entre las ruinas mientras sopla el viento da una sensación extraña, como si de verdad hubieras retrocedido en el tiempo.

Luego, en el centro del pueblo, la iglesia de Sant Pere y unas calles silenciosas crean un ambiente perfecto para una pausa sin prisas. Si quieres aprender más sobre su pasado, visita el Museo de Arqueología, donde se exhiben objetos hallados en el yacimiento ibérico.

Pals y Ullastret son dos de los pueblos bonitos cerca de Peratallada que merece la pena visitar en pareja (y solo).

Palau-Sator

Pequeño, pero con un encanto que se siente en cuanto cruzas sus murallas. La torre del Homenaje impone desde el primer momento, y sus pasadizos de piedra le dan un aire de cuento. La iglesia de Sant Pere se alza discreta, pero lo interesante aquí es perderse por las calles y dejar que el pueblo te lleve.

Si te cruzas con el Museo Rural, entra: te dará una idea de cómo era la vida campesina en la región. También vale la pena acercarse al Portal de la Muralla, una de las antiguas puertas de entrada al pueblo que aún se conserva.

Vulpellac

Vulpellac es uno de esos pueblos bonitos cerca de Peratallada que la gente pasa por alto, y quizás por eso conserva su tranquilidad. Su castillo, gótico-renacentista, está en un estado impecable y, aunque no siempre se puede visitar por dentro, su silueta ya es impresionante.

Las calles del pueblo, con casas de piedra bien conservadas, tienen un aire noble, como si nada hubiera cambiado en siglos. Un paseo por el casco histórico permite descubrir portales con escudos nobiliarios y pequeños detalles arquitectónicos que cuentan su historia.

La Bisbal d’Empordà

Si hay un pueblo donde la historia y la artesanía van de la mano, es La Bisbal d’Empordà. Su Castell-Palau es un recordatorio de su pasado medieval, pero el corazón del pueblo está en sus talleres de cerámica. Pasear por el carrer de l’Aigüeuta es ver a los artesanos moldear piezas a mano, siguiendo tradiciones que han pasado de generación en generación.

Vale la pena llevarse algo de aquí. Además, la ciudad cuenta con el Terracotta Museu, un espacio dedicado a la historia y el proceso de la cerámica, donde puedes aprender más sobre este oficio tan arraigado en la zona.