París, la Ciudad de la Luz, es uno de los destinos más icónicos y visitados del mundo. Sus calles están llenas de historia, cultura y arte, ofreciendo una experiencia única a cada visitante. El Museo del Louvre, hogar de la famosa Mona Lisa, es un lugar imprescindible para los amantes del arte, mientras que Notre-Dame cautiva con su arquitectura gótica impresionante.
El barrio de Montmartre, conocido por su ambiente bohemio y su vibrante escena artística, es ideal para perderse entre sus estrechas calles y descubrir rincones encantadores. Además, un paseo por el río Sena revela vistas inigualables de los puentes históricos y monumentos que adornan la ciudad.
Sin embargo, ningún viaje a París estaría completo sin una visita a su símbolo más famoso: la Torre Eiffel. Este monumento, construido para la Exposición Universal de 1889, sigue siendo uno de los puntos más destacados de la ciudad, atrayendo a millones de turistas cada año.
A continuación vas a descubrir si merece la pena subir a la Torre Eiffel o si por el contrario, no es tanto como parece.
¿Merece la pena subir a la Torre Eiffel?
Subir a la Torre Eiffel es una experiencia que muchos consideran imprescindible al visitar París. Este monumento ofrece tres niveles de observación, cada uno con su propio encanto y perspectivas únicas de la ciudad. La primera planta, situada a 57 metros de altura, es accesible por escaleras o ascensor. Desde aquí, ya se pueden disfrutar de vistas espectaculares de París, además de explorar un suelo de cristal que añade una emoción extra al paseo. Este nivel también cuenta con exposiciones interactivas, tiendas de recuerdos y el restaurante 58 Tour Eiffel.
La segunda planta, a 115 metros, es quizás la más popular entre los visitantes. Las vistas desde aquí son realmente impresionantes, permitiendo una panorámica detallada de los monumentos más famosos de París, como el Louvre, Notre-Dame y los Campos Elíseos. Para muchos, este nivel ofrece la mejor combinación de altura y perspectiva, haciendo que la subida adicional hasta la cima no sea estrictamente necesaria.
Sin embargo, para quienes buscan la experiencia completa, la cima de la Torre Eiffel, a 276 metros, es un destino imperdible. Solo accesible en ascensor desde la segunda planta, la cima ofrece una vista incomparable de París, especialmente al atardecer o durante la noche, cuando la ciudad se ilumina. La cima tiene dos niveles: uno cerrado con cristales y otro abierto con barandillas, lo que permite a los visitantes disfrutar del aire fresco mientras contemplan la ciudad.
Las entradas para la Torre Eiffel varían según el nivel al que se quiera subir y el método elegido (escaleras o ascensor). Los precios oscilan entre 11 y 28 euros, dependiendo de la opción seleccionada. Es recomendable reservar las entradas con antelación, especialmente durante la temporada alta, para evitar largas colas y asegurar la entrada al nivel deseado.
Ahora que ya sabes que sí merece la pena subir a la Torre Eiffel, es hora de que descubras cuales son los lugares más bonitos que ver en París.
Lugares que ver en París además de la Torre Eiffel
Catedral de Notre Dame
La Catedral de Notre Dame es uno de los símbolos más emblemáticos de París y un excelente ejemplo de la arquitectura gótica. Situada en la Île de la Cité, esta catedral comenzó a construirse en el siglo XII y ha sido testigo de importantes eventos históricos. Su fachada es impresionante, con detalles escultóricos que representan escenas bíblicas, y sus famosas gárgolas ofrecen una vista icónica.
El interior es igualmente impresionante, con su rosetón y vidrieras que crean un juego de luces espectacular. Aunque fue gravemente dañada por un incendio en 2019, Notre Dame sigue siendo un lugar de visita obligada por su historia y su belleza arquitectónica.
Museo del Louvre
El Museo del Louvre es el museo de arte más grande y visitado del mundo. Ubicado en un antiguo palacio real, el Louvre alberga más de 35,000 obras de arte que abarcan desde la antigüedad hasta el siglo XIX. Entre sus piezas más famosas se encuentran La Mona Lisa de Leonardo da Vinci y La Venus de Milo.
El edificio en sí es una obra de arte, con la famosa pirámide de cristal que sirve como entrada principal. Recorrer el Louvre es una experiencia única para los amantes del arte y la historia, permitiéndonos descubrir algunas de las obras más importantes de la humanidad.
Arco de Triunfo
El Arco de Triunfo es uno de los monumentos más reconocidos de París, situado en la cima de la Avenida de los Campos Elíseos. Este monumento fue encargado por Napoleón en 1806 para conmemorar sus victorias militares y es un símbolo del patriotismo francés.
Con 50 metros de altura, el Arco de Triunfo ofrece una vista panorámica espectacular de París desde su terraza superior. Además de su impresionante arquitectura, el monumento alberga la Tumba del Soldado Desconocido, un homenaje a los soldados caídos en la Primera Guerra Mundial.
Panteón de París
El Panteón de París es un majestuoso edificio neoclásico situado en el Barrio Latino. Originalmente concebido como una iglesia dedicada a Santa Genoveva, el Panteón se convirtió en un mausoleo para los grandes personajes de la historia de Francia. Aquí descansan figuras como Voltaire, Rousseau y Victor Hugo.
El interior es impresionante, con su cúpula decorada y una cripta que alberga las tumbas de estos ilustres personajes. Además, desde la cúpula se pueden disfrutar de vistas impresionantes de la ciudad.
Jardín de las Tullerías
El Jardín de las Tullerías es uno de los parques más antiguos y emblemáticos de París. Situado entre el Museo del Louvre y la Place de la Concorde, este jardín ofrece un espacio verde perfecto para relajarse mientras se disfruta de la vista de monumentos icónicos. Diseñado en estilo francés clásico, el jardín está adornado con estatuas, fuentes y parterres bien cuidados. Es un lugar ideal para pasear, hacer un picnic o simplemente disfrutar del ambiente parisino.
Los Inválidos
Los Inválidos es un complejo de edificios que incluye museos y monumentos, siendo el más famoso la Tumba de Napoleón Bonaparte. Construido en el siglo XVII como hospital y hogar para veteranos de guerra, hoy es también sede del Museo del Ejército. Su cúpula dorada es visible desde muchos puntos de París y su interior, ricamente decorado, es una muestra del poder y la gloria de la Francia imperial. Es un lugar fascinante tanto por su arquitectura como por su importancia histórica.
Palacio de Versalles
El Palacio de Versalles es uno de los palacios más grandes y opulentos del mundo. Situado a las afueras de París, fue la residencia principal de los reyes de Francia desde Luis XIV hasta la Revolución Francesa. El palacio es famoso por sus espléndidos jardines, la Sala de los Espejos y las lujosas habitaciones. Cada rincón de Versalles refleja el esplendor y la grandiosidad de la monarquía francesa, y es una visita imprescindible para entender la historia de Francia.
Place de la Concorde
La Place de la Concorde es la plaza más grande de París y una de las más famosas. Situada al final de los Campos Elíseos, es conocida por el Obelisco de Luxor, un regalo de Egipto en el siglo XIX. Durante la Revolución Francesa, esta plaza fue escenario de numerosas ejecuciones, incluyendo la de Luis XVI y María Antonieta. Hoy en día, la Place de la Concorde es un lugar lleno de vida, rodeado de fuentes, estatuas y vistas espectaculares de París.
Trocadero
El Trocadero es uno de los mejores lugares para disfrutar de vistas panorámicas de la Torre Eiffel. Situado en el lado opuesto del río Sena, frente a la torre, el Trocadero alberga el Palais de Chaillot, que incluye varios museos y jardines. Las amplias terrazas y escalinatas ofrecen un escenario perfecto para fotografías y para disfrutar de la arquitectura de la Torre Eiffel. Es un lugar muy popular tanto para turistas como para locales, especialmente al atardecer.
Jardines del Palacio Real
Los Jardines del Palacio Real, ubicados junto al Louvre, son un oasis de tranquilidad en el corazón de París. Rodeados por galerías con tiendas y cafés, estos jardines son perfectos para un paseo relajante. Su diseño geométrico, con fuentes y esculturas, refleja el estilo clásico francés. Aunque el Palacio Real ya no es residencia de la realeza, sigue siendo un lugar de gran importancia histórica y cultural, además de un refugio tranquilo en la bulliciosa ciudad.
Galería Vivienne
La Galería Vivienne es una de las galerías comerciales más bellas de París. Construida en 1823, su estilo neoclásico se refleja en los mosaicos del suelo, las cúpulas de cristal y las elegantes tiendas que alberga. Esta galería cubierta es un ejemplo perfecto del París del siglo XIX, donde la burguesía paseaba y hacía sus compras. Hoy, la Galería Vivienne sigue siendo un lugar de compras y un ejemplo de la elegancia parisina, con tiendas de moda, librerías y cafés.
Barrio de Montmartre
El Barrio de Montmartre es famoso por su ambiente bohemio y su rica historia artística. Situado en una colina, Montmartre ofrece vistas panorámicas de París desde la Basílica del Sagrado Corazón. Este barrio ha sido hogar de artistas como Picasso y Van Gogh, y todavía conserva su carácter artístico con numerosas galerías, cafés y el famoso Moulin Rouge. Pasear por sus calles empedradas es como viajar en el tiempo, descubriendo rincones llenos de encanto.
Place Vendôme
La Place Vendôme es una de las plazas más elegantes y lujosas de París. Rodeada de edificios clásicos con fachadas simétricas, la plaza es conocida por la Columna Vendôme, erigida por Napoleón para conmemorar la batalla de Austerlitz. La Place Vendôme es también famosa por albergar joyerías de lujo y el Hotel Ritz, uno de los más exclusivos de París. Este lugar es un símbolo del lujo parisino y una visita obligada para los amantes de la moda y la historia.
Campos Elíseos
La Avenida de los Campos Elíseos es una de las avenidas más famosas del mundo, que se extiende desde el Arco de Triunfo hasta la Place de la Concorde. Conocida como «la avenida más bella del mundo», los Campos Elíseos están llenos de tiendas de lujo, cafés y teatros. Este boulevard es también el lugar de numerosos desfiles y eventos importantes en París, incluyendo el final del Tour de Francia. Pasear por los Campos Elíseos es una experiencia que combina compras, cultura e historia.
Ayuntamiento de París
El Ayuntamiento de París, conocido como Hôtel de Ville, es un magnífico edificio renacentista situado en el corazón de la ciudad. Este edificio no solo es la sede del gobierno municipal, sino también un importante centro cultural que alberga exposiciones y eventos. Su fachada ricamente decorada es impresionante, y el interior, aunque no siempre accesible al público, cuenta con lujosos salones y una sala de fiestas que rivaliza con los palacios reales. El Hôtel de Ville es un símbolo de la historia y la política parisina.
Catacumbas
Las Catacumbas de París son una de las atracciones más fascinantes y macabras de la ciudad. Este vasto laberinto subterráneo alberga los restos de más de seis millones de parisinos, trasladados aquí en el siglo XVIII desde los cementerios superpoblados de la ciudad. Las Catacumbas ofrecen una experiencia única, caminando por túneles oscuros y estrechos decorados con esqueletos ordenados en patrones intrincados. Este lugar nos recuerda la larga historia de París y su conexión con la muerte, siendo una visita obligada para los interesados en el lado más misterioso de la ciudad.
Galerías Lafayette
Las Galerías Lafayette son uno de los grandes almacenes más famosos y lujosos de París. Situadas en el Boulevard Haussmann, estas tiendas ofrecen una experiencia de compras única, con una amplia gama de productos de moda, belleza y lujo. Sin embargo, lo que realmente distingue a las Galerías Lafayette es su impresionante cúpula de vidrio y hierro, que data de 1912. Además de las compras, la terraza en la azotea ofrece una vista espectacular de París, incluyendo la Torre Eiffel y la Ópera Garnier.
Ópera Garnier
La Ópera Garnier es uno de los teatros de ópera más famosos del mundo y un símbolo de la opulencia del Segundo Imperio francés. Diseñada por el arquitecto Charles Garnier, esta majestuosa obra arquitectónica combina elementos neobarrocos con un interior ricamente decorado. El auditorio, con su enorme araña de cristal y su techo pintado por Marc Chagall, es una obra de arte en sí mismo. Además de las representaciones de ópera y ballet, la Ópera Garnier ofrece visitas guiadas que nos permiten descubrir su historia y sus secretos.
Pigalle
Pigalle es un barrio conocido por su vida nocturna y su ambiente vibrante. Situado al pie de Montmartre, Pigalle ha sido durante mucho tiempo el centro del entretenimiento parisino, con sus cabarets, teatros y bares. Aquí se encuentra el famoso Moulin Rouge, el cabaret más famoso del mundo, que sigue ofreciendo espectáculos de variedades llenos de glamour. Pigalle es también un lugar de encuentro para artistas y bohemios, con tiendas de música, estudios de arte y un ambiente ecléctico que refleja la diversidad cultural de París.
La Défense
La Défense es el principal distrito de negocios de París y un contraste moderno con el centro histórico de la ciudad. Este área es conocida por sus rascacielos, su arquitectura contemporánea y su ambiente dinámico. El Gran Arco de La Défense, una versión moderna del Arco de Triunfo, es el símbolo de este distrito y ofrece vistas impresionantes de París alineadas con el Arco de Triunfo tradicional. La Défense también cuenta con centros comerciales, espacios de arte público y plazas que hacen de este un lugar interesante para explorar, combinando modernidad y funcionalidad en una ciudad rica en historia.
Aquí termina nuestro artículo donde te hemos informado si merece la pena subir a la Torre Eiffel y también te hemos dicho cuales son los lugares imperdibles que ver en París.